Todos necesitamos nutrirnos para ser personas saludables, productivas y comprometidas. Los alimentos son el combustible de nuestros cuerpos y cerebros y, junto con el agua, son la necesidad esencial de todos, no solo para sobrevivir, sino para salir adelante. Ingerir alimentos saludables durante el embarazo sienta las bases para el bebé en desarrollo. Los alimentos son esenciales para el crecimiento y desarrollo de los niños: para nutrir sus cuerpos y lograr que crezcan saludables, así como para desarrollar sus cerebros para que aprendan, se desarrollen social y emocionalmente y gocen de salud toda su vida.

Al principio de mi carrera en nutrición, me impactó el enorme efecto que la inseguridad alimentaria causa en los niños y en sus familias, en especial cuando las familias no pueden obtener los alimentos necesarios para ayudar a que sus hijos superen enfermedades. Hay padres que enfrentan demasiados obstáculos, como tener que recorrer grandes distancias para ir a una tienda de comestibles una vez al mes y no pueden guardar sus alimentos de modo que se mantengan frescos por no tener un refrigerador, o incluso hay algunos que omiten comidas para que sus hijos puedan comer. El precio de la inseguridad alimentaria para las familias con dificultades económicas va mucho más allá de los efectos en su salud. En los niños, sus resultados educativos son igualmente deficientes.

¿Qué significa seguridad alimentaria?

La definición que se utiliza más a menudo para medir si la gente tiene o no seguridad alimentaria es la acuñada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA):

• Seguridad alimentaria significa que todos los miembros de una familia tienen acceso a alimentos suficientes en todo momento para tener una vida activa y saludable. Como mínimo, la seguridad alimentaria incluye:
  • La disponibilidad inmediata de alimentos seguros y nutricionalmente adecuados.
  • La capacidad asegurada para adquirir alimentos aceptables de formas socialmente aceptables, es decir, sin tener que recurrir a suministros de alimentos de emergencia, hurgar en contenedores, robar u otras estrategias de supervivencia.
• Inseguridad alimentaria es tener una disponibilidad limitada o insegura de alimentos seguros y nutricionalmente adecuados, o una capacidad limitada o incierta para adquirir alimentos aceptables de formas socialmente aceptables.

La definición ha evolucionado en las últimas décadas. Estamos experimentando otro cambio que considera a la calidad de la nutrición de una forma más intencional y esto incluye alimentos culturalmente apropiados. Dado que las enfermedades relacionadas con la dieta siguen en aumento, es importante ver más allá de las calorías. Actualmente no hay una definición estándar a nivel federal de lo que es la “inseguridad nutricional”, aunque algunos expertos han propuesto definir a la “seguridad nutricional,” como el acceso, disposición y capacidad de compra constante de alimentos y bebidas que promuevan el bienestar y prevengan enfermedades (y que ayuden en su tratamiento, en caso necesario).

La inseguridad alimentaria está asociada con una mala dieta y deficiencias de nutrientes, depresión y ansiedad, y todo esto da como resultado una mala salud en general. La inseguridad alimentaria crónica está ligada a un mayor riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, como la diabetes tipo 2, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Las personas con inseguridad alimentaria también enfrentan estigmas, lo he visto de primera mano al ir a comprar alimentos junto con un familiar que participa en el programa SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program; en español, “Programa de asistencia nutricional complementaria”). A veces, noto impaciencia o actitudes groseras de otras personas cuando los compradores utilizan su tarjeta electrónica del beneficio.

La seguridad alimentaria puede no ser constante

La seguridad e inseguridad alimentaria son en realidad un espectro que va de tener suficientes alimentos saludables a diversos grados de reducción en la calidad y variedad, preocupación por carecer de alimentos, reducción del consumo y no tener alimentos suficientes. Además, no todas las familias experimentan la inseguridad alimentaria de la misma forma. La inseguridad alimentaria usualmente es recurrente, pero no constante, sube y baja como las mareas.

Los alimentos son un gasto algo más flexible en comparación con otras necesidades básicas, así que, cuando no hay suficientes recursos en una familia, sus miembros se ven obligados a elegir entre otras necesidades, como medicamentos, los servicios públicos, el cuidado infantil, el transporte y la vivienda. La inseguridad alimentaria está estrechamente relacionada con la inestabilidad de la vivienda, el desempleo y el sub-empleo.

La pandemia está destacando las disparidades

Actualmente, la pandemia solo está aumentando las complicaciones de una situación que ya era difícil desde antes. Cuando empezó, hubo un aumento sin precedentes en la inseguridad alimentaria, ya que se duplicó en general y se triplicó en el caso específico de los niños. En respuesta a la crisis, el gobierno federal ofreció un aumento sustancial en muchos tipos de apoyos para la gente, entre ellos, los de asistencia nutricional, como los apoyos en efectivo, flexibilidad en los programas y exenciones.

Es fácil ver cómo los hábitos alimentarios han cambiado durante la pandemia, con obstáculos para la actividad física para muchos. Por ejemplo, cuando los niños no asistían a la escuela personalmente, perdían sus clases de educación física y deportes. Esto puede dar como resultado un aumento de peso y, de hecho, los índices de obesidad han aumentado en todo el país. Tener una enfermedad crónica puede hacer más difícil que las personas ingieran alimentos saludables para controlar su enfermedad, y por ello, tienen costos médicos más altos que afectan sus presupuestos familiares.

La seguridad alimentaria y nutricional no es equitativa entre los diferentes grupos de personas. La pandemia ha resaltado las disparidades que ya teníamos. Creo que muchos de nosotros esperábamos ver un mayor impacto en el hambre en general; sin embargo, los datos muestran que la prevalencia de la inseguridad alimentaria durante el año pasado se mantuvo relativamente sin cambios para la población en general. Ciertamente, toda la legislación federal ayudó a evitar una crisis peor. Sin embargo, parece que las disparidades raciales y étnicas aumentaron, ya que algunos grupos enfrentaron muchas más dificultades durante el año pasado, particularmente las familias con niños y las familias negras e hispanas. Los adultos mayores y las personas con discapacidades tienen también mayor riesgo de inseguridad alimentaria.

La inseguridad alimentaria es una de las muchas disparidades que surgen de la injusticia racial

La USDA ha descrito la escasez en el acceso a los alimentos como desiertos alimentarios, pero esa frase se basa solo en la geografía y en la prevalencia de tiendas minoristas de comestibles. La desinversión en comunidades de color y la segregación residencial han dado como resultado un acceso desigual a alimentos saludables, lo que se ha llamado “apartheid alimentario.” El apartheid alimentario considera a todo el sistema alimentario más allá del acceso geográfico para incluir políticas y prácticas racistas establecidas. Por ejemplo, los vecindarios de color tienen menos supermercados y los que hay, están expuestos a una mercadotecnia más agresiva de comida no saludable y corredores de transporte, como las autopistas que dividen a los vecindarios de comunidades negras. Todo esto destruye comunidades vibrantes y cambia el panorama alimentario.

Veamos el caso de la autopista I-5, en el norte y noreste de Portland, como un buen ejemplo de planificación urbana y políticas de vivienda que han ayudado a crear un “apartheid alimentario” en las ciudades de los Estados Unidos. El desarrollo de estas áreas de opciones limitadas de alimentos saludables tiene una larga historia ligada a prácticas discriminatorias como el “redlining”, donde el sector privado y el gobierno conspiraron para restringir los préstamos hipotecarios a compradores de vivienda de color. 

Oregon lo está haciendo mejor que otros estados

El índice de seguridad alimentaria de Oregon ha mejorado en forma importante en la última década. Esto probablemente se debe a varios factores, como el aumento del empleo y los salarios después de la recesión de 2008, el aumento en la defensa, alcance y acceso a programas de asistencia nutricional, como SNAP; un Sistema de bancos de alimentos coordinado y organizaciones comunitarias que ofrecen apoyo para mejorar el acceso a alimentos saludables y culturalmente apropiados a través de huertos comunitarios. Personalmente, soy miembro del Consejo de Nutrición de Oregon, que incluye la representación de muchos programas dedicados a la seguridad alimentaria. Para el estado, ha sido un gran beneficio contar con esta red para colaborar con políticas y programas de alimentación y nutrición que afectan a los habitantes de Oregon.

Sin embargo, el 9.2% de los hogares de Oregon siguen teniendo inseguridad alimentaria, y esta cantidad equivale al total de la población de Albany, Eugene y Salem juntos. Ciertamente, el costo de los alimentos es diferente en las distintas regiones de Oregon. Para explorar los condados de Oregon en forma individual o para comparar los resultados de Oregon con los del resto del país, revise este recurso interactivo llamado “Map the Meal Gap” (Mapa de vacíos alimentarios), que puede consultar en línea. 

En resumen, se trata de lo siguiente: toda persona merece tener alimentos saludables y asequibles. La inseguridad alimentaria y nutricional en nuestras comunidades está estrechamente relacionada con determinantes sociales de la salud, como la vivienda, el empleo y el transporte. De todos nosotros depende asegurarnos de que nuestro sistema alimentario sea equitativo para todos, desde el agricultor hasta el consumidor.

Busque la segunda parte del blog de Robin Stanton sobre seguridad alimentaria. En la próxima publicación, explorará el concepto de soberanía alimentaria y cómo un enfoque en el control local del sistema alimentario puede beneficiar a las comunidades negras y tribales, además de ver los muchos recursos que tiene Oregon para luchar contra la inseguridad alimentaria.